domingo, 30 de septiembre de 2012

Permíteme llorarte





Esperando una palabra
que no llega.
Una palabra
en una espera
que no acaba, sabiendo
que no llega.
Todo es espera.
La palabra
siempre ausente.
¡Tan ausente!
Tapiada tras los muros
silenciosos de la mente.
Allí, tú tan ausente.
Yo esperando una palabra de tu boca,
y no estalla.
Quizás
cuando llegue la muerte.
¡Quizás, allí  la encuentre!
Pero ya estaré ausente.
Ahora, permíteme llorarte.

M M (1-3-2012)

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